Los últimos coches de Tesla: fallan más que el Wi-Fi de una cafetería barata

El 2025 no ha arrancado con buen pie para Tesla en España. La compañía de Elon Musk, famosa por sus coches eléctricos de vanguardia, ahora es más conocida por algo menos glamuroso: sus vehículos recién vendidos están fallando más que un WiFi de cafetería barata.

uando Tesla presentó su nuevo ordenador HW4/AI4.1, lo vendió como el futuro de la conducción autónoma nivel 4, es decir, el no va más de la tecnología sobre ruedas. Pero la realidad es que este hardware está causando fallos más rápido de lo que Elon Musk tuitea disparates.

Si bien la empresa insiste en que los problemas son «casos aislados», cada vez más conductores descubren que su coche de lujo se comporta como un electrodoméstico defectuoso. Y no estamos hablando de simples errores de software, sino de fallas que afectan sistemas clave para la seguridad.

¿Coche inteligente?

Lo más curioso es que estos fallos no aparecen de inmediato, sino después de algunos cientos de kilómetros, cuando el coche empieza a actuar como si se hubiera olvidado de ser un Tesla. Entre los sistemas que deciden tomarse vacaciones están:

  • GPS (¿Para qué saber dónde estás, verdad?)
  • Sensores de detección (Porque esquivar obstáculos es cosa de humanos)
  • Equipos de navegación (Perfecto para perderse en una rotonda sin salida)
  • Cámaras traseras (Para que aparcar se convierta en un deporte extremo)

Tesla ha recomendado a los propietarios que, si quieren evitar que el coche entre en modo «ceguera total», mejor ni intenten calibrar las cámaras. Una solución tan efectiva como decir «no mires abajo» cuando alguien está al borde de un precipicio.

Y para añadirle más emoción al asunto, si un cliente logra sobrevivir a estos fallos y pide cita para el servicio postventa, la empresa le da una fecha para dentro de varios meses. Total, ¿qué prisa hay cuando tu coche puede decidir por sí solo que ya no quiere ver?

Musk tampoco entiende qué pasa, pero algo habrá que hacer

Por si fuera poco, ni Elon Musk parece saber qué demonios está pasando. Los ingenieros de Tesla, con toda la seguridad del mundo, han señalado que el problema “probablemente” (gran palabra cuando se habla de seguridad automotriz) se debe a la batería de bajo voltaje, que estaría causando un cortocircuito al sistema al calibrar las cámaras.

¿El resultado? Un caos tecnológico que no solo deja inservibles los sistemas de asistencia a la conducción, sino que también desactiva funciones críticas como el ESP y el ABS. O sea, ¡adiós control de estabilidad y frenos antibloqueo! Nada como un coche de lujo que puede decidir convertirse en un trineo descontrolado.

¿Parche de software o funeral mecánico?

Tesla ha propuesto un parche de software como solución temporal, lo que es como intentar arreglar una tubería rota con cinta adhesiva. Mientras tanto, los expertos coinciden en que la única solución real sería cambiar el ordenador de todos los vehículos afectados.

Si las autoridades españolas aplican la normativa al pie de la letra, la empresa podría verse obligada a retirar estos coches de circulación hasta que el problema se resuelva. En otras palabras, Tesla en España podría estar a punto de recibir un game over.

Con todo esto, la gran incógnita es: ¿será este el desafío que ni Elon Musk pueda superar? Porque, entre X (antes Twitter), su ambición espacial y ahora coches con crisis de identidad, parece que su lista de problemas no deja de crecer.

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