Ensalada de pollo (que en realidad es solo lechuga y pollo a la plancha)
Esta es la receta que hace que todo el mundo piense que eres saludable, cuando en realidad solo estás demasiado cansado para cocinar. ¿Lo importante? El pollo a la plancha. ¿La realidad? Lechuga que se marchita antes de que puedas terminar el plato. Pero hey, ¡al menos no estás comiendo pizza!
Macarrones con tomate y atún
Un clásico para quienes no tienen ni un minuto para perder, pero necesitan justificar ante los demás que saben cocinar. Básicamente, pasta, tomate de bote, y atún en conserva. Es barato, fácil y… ¿dónde está la gracia? Ah sí, en el hecho de que no te has quemado con la salsa.
Tostadas con aguacate
La receta que transforma a cualquier persona en un gurú de la gastronomía moderna. En teoría, esto debería ser un desayuno de lujo, pero en la práctica es solo pan tostado con algo que es 90% grasa y 10% comida real. Pero no te preocupes, ¡el aguacate es súper nutritivo! (hasta que tu cuenta bancaria te recuerda lo contrario).
Sopa de sobre
Si te preguntas cómo la gente en las películas parece pasar toda una vida emocionalmente rica sin hacer un solo esfuerzo en la cocina, la respuesta es esta: sopa de sobre. Rápida, práctica y de sabor tan ambiguo que ni siquiera sabrás si realmente te gusta o si solo es la forma más rápida de llenar tu estómago vacío.
Pasta con pesto
Cuando te quieres sentir un poco sofisticado, pero te quedan solo 15 minutos antes de que llegue tu cita. Unos espaguetis, un bote de pesto (por supuesto, que no tienes tiempo de hacer) y voilà, estás listo para impresionar a todos con tus «habilidades culinarias». Total, nadie sabe que en realidad has usado pesto en bote.
Pizza congelada
Porque a veces, las pizzas de verdad son demasiado caras para los estándares de alguien que confunde «cena» con «recalentar comida». Lo que empieza como una simple pizza congelada acaba siendo un manjar digno de un crítico gastronómico… si el crítico está ciego y no sabe distinguir entre una pizza de 5 euros y una de 0,99.
Huevos revueltos con pan
El plato que creías que era digno de un desayuno de lujo, hasta que te diste cuenta de que en realidad, los huevos revueltos son solo una excusa para comerte más pan. Pero no te engañes, el verdadero protagonista aquí es el pan. Un plato que básicamente solo sirve para justificar tu adicción al carbohidrato.
Hamburguesa de supermercado
Porque, ¿quién necesita una buena hamburguesa cuando puedes comprar un bloque de carne empacada que se deshace al cocinarla? Eso sí, le pones el pan, la lechuga y el ketchup, y por un segundo, todos se creen que eres un chef de hamburguesas gourmet. Spoiler: no lo eres.
Pancakes de avena (que en realidad solo son una excusa para comer azúcar)
¿Quién necesita una dieta equilibrada cuando puedes comer panqueques que pretenden ser saludables? Le pones avena para hacerte sentir bien, pero lo que no te dicen es que la cantidad de azúcar que le echas después convierte este plato en una bomba calórica disfrazada de «comida fitness». Claro, las redes sociales lo llaman #DesayunoSaludable, pero tú sabes lo que estás haciendo.
Sushi casero (con arroz y algas de supermercado)
La gran ilusión. Compras los ingredientes más baratos, haces el sushi en casa y, de repente, te crees que puedes competir con cualquier restaurante de comida asiática. En realidad, el arroz se pega a tu mano como si fuera el último amigo que te queda, y el sabor es más cercano al «arroz con algo raro» que al sushi real. Pero en Instagram, ¡es todo un éxito!